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jueves, 12 de septiembre de 2013

LAS COSAS CLARAS


CONJETURAS


            Han transcurrido ya casi 10 días, desde que apareció el cadáver del asturiano Sergio Muñiz Brioso, acribillado a balazos por sus secuestradores en el municipio de Corinto, en Colombia.

         La información de los medios de comunicación, sobre este luctuoso suceso, no puede ser mas parca. Incluso la prensa –ABC de Sevilla de 24/8/13-  se cuestiona únicamente el motivo de la estancia en Colombia de este joven de 28 años, cuando lo que en verdad interesa es la causa de su asesinato.
         ¿Por qué ha sido asesinado Sergio?
         Cualquier explicación que se pretenda dar., tendría un porcentaje de fiabilidad discutible, ante la escasa información recibida, pero si se parte de la base de un secuestro, las conjeturas se reducen ostensiblemente.
         Un secuestro es un acto criminal que fundamentalmente responde a dos causas: la política o la económica. Descartando el móvil político, resta sólo el secuestro por dinero. Modalidad en la que el Gobierno español cuenta con relevantes experiencias.
        
         Cuando una banda de criminales secuestra a una o varias personas para exigir dinero por su libertad, únicamente existen dos salidas: O se paga o se asesina a los rehenes. No hay solución intermedia.
         Se podrá negociar el “quantum” de lo exigido; se podrá conseguir dilatar el plazo previsto para el pago; incluso la forma y las garantías del mismo, pero al final o pagas o el secuestrado perderá la vida inexorablemente. De lo contrario, los asesinos tendrían que montar otro “negocio”.

         Partiendo de las consideraciones expuestas, resulta, al menos inquietante, la ausencia de información sobre los secuestradores; la cantidad exigida; el organismo o las personas contactadas por los secuestradores; la existencia o no de negociación; los términos de la misma, si la hubo; etc, etc, etc, 

         Resulta razonable que el Gobierno, al pagar el rescate exigido, oculte la información sobre la cuantía del mismo, pues lo verdaderamente importante es que el rehén recupere la libertad. Así ha ocurrido en ocasiones como el rescate de miembros de ONGs secuestrados en Africa o ciudadanos de relevancia por su parentesco con autoridades o políticos conocidos, que también fueron liberados recientemente al cumplir el Gobierno con las exigencias de la banda criminal. Ello, no obstante, el denominador común es que el Gobierno no ha pagado cantidad alguna, aunque nadie se lo cree.

         En el presente caso, Sergio Muñiz Brioso –que en paz descanse-, es posible que no reuniera “las condiciones mínimas” para que el ente negociador resolviera positivamente su secuestro. Acaso, si hubiera estado vinculado a la clase política, a alguna ONG catalana o a familia de alta alcurnia, Sergio podría estar hoy brindando su libertad con sidriña.

         Si la conjetura que me he planteado para explicar el asesinato
de Sergio fuera cierta, ninguna razón asistiría “a quien corresponda” para causar la muerte cruel de un español, por no pagar un rescate con el dinero de todos. CLara.